19 jun 2014

Victoria

El Rey levantó su pesada espada para terminar por fin con su mortal enemigo. En medio del campo de batalla, estaba tendido a sus pies, desarmado e indefenso aquél con el que llevaba décadas luchando por el trono. Esperaba sentir el sabor de la victoria tanto tiempo anhelada, pero en su lugar los gritos de los heridos y el olor a muerte llenaban todo su ser.